Durante el pasado fin de semana y en estos días aun corre por las redes sociales, el video de un joven que al ver que un niño se encuentra en peligro de caer desde un 4to piso de un edificio, este joven escala ágilmente los 4 pisos y logra poner a resguardo al niño, salvándole la vida.
El video no dura más de un minuto de duración y fue grabado por uno de los muchos presentes que estaban ante la expectativa de lo que ocurría con el niño en cuestión, pero se puede apreciar como el joven de nombre Mamoudu Gassama por la parte exterior de los pisos, escala a una gran velocidad y sin dudar, pone a salvo al niño, (que solo estaba sostenido por que un hombre lo estaba agarrando desde el balcón de alado), esta situación hizo que el joven se le denominara “héroe” ante al aplauso y la felicitación de todos los presentes.
Lo curioso de la noticia, es que el joven en cuestión tiene 22 años y ni siquiera es de nacionalidad francesa, es un joven inmigrante proveniente de Malí. Todo esto ocurrió el día sábado 26 de mayo, y para sorpresa de él, se volvió viral, lo que desembocó en que este pasado Lunes, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, lo mandara a llamar al Elíseo, dándole en ese mismo lugar la grata noticia de que sus papeles serían regularizados, obteniendo de esta manera la tan codiciada Nacionalidad Francesa.
Aunque todo esto, solo enmascara un poco la política tan severa que ha tenido el gobierno Francés en materia de inmigración, de hecho lo dejó en claro cuando se reunió con este joven, al expresar lo siguiente:
“No podemos simplemente entregarle documentos a todos los que vienen de Malí. Les otorgaremos asilo si están en peligro, pero no por razones económicas. Pero hiciste algo excepcional”
No satisfecho con esto, ante los medios de prensa, posterior a la reunión con el joven de 22 años, terminó de señalar que:
“Un acto excepcional no cambia la política”
Dando a entender, que por un acto de bondad por parte del gobierno, esto no implica que toda la política de inmigración vaya a sufrir algún cambio, por lo cual esto no parece algo prometedor para todos los migrantes que viven en Francia actualmente.
El joven no solo obtuvo su ciudadanía, sino que también se le ofreció un puesto laboral como bombero en la ciudad de París. Sin duda, a veces los milagros existen.
Dexter Castillo